Cine Independiente

Carolina Escobar Sarti, escritora

Carolina Escobar Sarti, escritora

Carolina Escobar Sarti titula su columna Aleph en Prensa Libre: «Cine independiente».

«Sucede en Mineral de Pozos, un pueblo mexicano al que muchos le ponen el apellido “fantasma”. Imagine calles bordeadas por casas de piedra y adobe, tardes quietas dignas de una novela de Juan Rulfo y minas que fueron explotadas hace un par de siglos, abandonadas en enormes extensiones de tierra salpicadas únicamente por cactus y otras plantas propias de áreas desérticas.

Allí se desarrolla el Festival Internacional de Cine Independiente de Pozos (FICIP), continúa, organizado y apoyado por un grupo de personas que han puesto la cultura como eje del desarrollo del lugar, lideradas por Martín González, un joven de aquellos que son capaces de contagiarle a una los sueños, la pasión y el empeño que ponen por cambiar el estado de las cosas en su mundo. El Festival, abre con la película «Sombra de la noche», de Pablo Odell, una conversación fragmentada con el escritor Horacio Vásquez-Rial sobre el tabaco, el fumar, la vida y la muerte, y cierra con la película «I will be murdered», de Justin Webster; película que trata de la muerte de Rodrigo Rosenberg en Guatemala; una historia de asesinato, amor e intrigas políticas que se desatan cuando un abogado muerto a tiros en la calle apareció en Youtube prediciendo su propia muerte y nombrando a los supuestos responsables. Ambas películas fueron seleccionadas por el Festival como “Selección Oficial Documental”.

En ambos casos, estas producciones relevan la conciencia de la participación del individuo en la Historia, así con mayúsculas. ¿Qué efecto tienen nuestras acciones en el destino general de nuestros pueblos? ¿Cómo viven los otros que no somos nosotros, su realidad histórica? Más allá de la vinculación con Guatemala, está la pregunta de ¿qué tiene que ver el cine con nuestras vidas para intentar responder a cuestiones como las anteriores? Una de las cosas que tienen los textos, especialmente la poesía es que generan en nosotros una serie de imágenes, pero de las cosas buenas que tiene el cine es que nos traslada desde las imágenes flujos discursivos, relatos humanos que nos permiten abrazar realidades individuales y colectivas que nos cuestionan sobre nuestro propio ser y estar en el mundo.

En el caso de la primera película, cuestiones esenciales sobre la vida y muerte, planteadas en momentos críticos, nos interpelan sobre nuestras propias historia de vida y muerte. En el segundo caso, el efecto de la muerte de un individuo, casi lleva a una nación al colapso político. De allí que Festivales como éste sean tan importantes, porque dan salida a propuestas independientes que no fueron pensadas originalmente como espectáculo comercial sino como espacios de comunicación y trascendencia humana que pueden enriquecer reflexiones y debates de profunda significancia».